Francisco Haghenbeck es serio pero le gusta reírse. Es un poco raro. En su novela El diablo me obligó mete fantasmas, prostitutas y padrotes, violencia hard y mucha imagen: "Quise hacer este relato de terror recuperando muchas cosas que me gustan del comic, entonces es muy gráfico, muy visual, y además quise incluirle imágenes del tipo de cine de Quentin Tarantino y de Robert Rodríguez: se logró una narración muy divertida", opina el escritor mexicano.
"Yo creo que hay escritores que articulan con palabras e imagenes y escritores como Bef y yo que articulamos con imágenes para platicar historias. Es una obra muy visual en la que parece que estás haciendo zapping. Yo soy un ávido consumidor de todos los medios, inclusive de las series de televisión, porque han ayudado mucho a revalorar la manera de contar historias. Ojalá nos pudieran ayudar más a los escritores de México".
"Yo siento que en los últimos 10 años la forma en que narras las cosas ha cambiado muchísimo. Pero en México seguimos muy anclados en formas de escribir de los 40 y 50. Los fantasmas y los diablos de los grandes escritores nos siguen opacando mucho. Yo creo que hay que voltear a otros medios que es donde hay más frescura. Si hay un medio un poquitín más arcaico con telarañas es la literatura; hay que voltear a los otros medios", opina Haghenbeck.
Sin perder el humor también lanza una crítica certera y lacerante: "Tratar de seguir emulando obras de Fuentes, de Paz o de Rulfo se algo absolutamente ridículo en el siglo XXI cuando aparecen 23 muertos aquí. Hay que vivir la actualidad y hablar con el mismo lenguaje de nuestra época para llegar a los nuevos lectores. Se nos ha olvidado que nosotros escribimos para la gente y yo creo que en México dejaron de escribirle a la gente y comenzaron a escribirle a los críticos y, entonces, cuando alguien como Bef hace algo que es totalmente prohibido en la literatura, que es hacer una novela divertida, no saben qué hacer: la criticamos o no. Hay que empezar a cambiar los esquemas", afirma el escritor, quien finaliza con una frase para pensar: "los mexicanos somos sobrevivientes y sobrevivimos a través del humor".
"Yo creo que hay escritores que articulan con palabras e imagenes y escritores como Bef y yo que articulamos con imágenes para platicar historias. Es una obra muy visual en la que parece que estás haciendo zapping. Yo soy un ávido consumidor de todos los medios, inclusive de las series de televisión, porque han ayudado mucho a revalorar la manera de contar historias. Ojalá nos pudieran ayudar más a los escritores de México".
"Yo siento que en los últimos 10 años la forma en que narras las cosas ha cambiado muchísimo. Pero en México seguimos muy anclados en formas de escribir de los 40 y 50. Los fantasmas y los diablos de los grandes escritores nos siguen opacando mucho. Yo creo que hay que voltear a otros medios que es donde hay más frescura. Si hay un medio un poquitín más arcaico con telarañas es la literatura; hay que voltear a los otros medios", opina Haghenbeck.
Sin perder el humor también lanza una crítica certera y lacerante: "Tratar de seguir emulando obras de Fuentes, de Paz o de Rulfo se algo absolutamente ridículo en el siglo XXI cuando aparecen 23 muertos aquí. Hay que vivir la actualidad y hablar con el mismo lenguaje de nuestra época para llegar a los nuevos lectores. Se nos ha olvidado que nosotros escribimos para la gente y yo creo que en México dejaron de escribirle a la gente y comenzaron a escribirle a los críticos y, entonces, cuando alguien como Bef hace algo que es totalmente prohibido en la literatura, que es hacer una novela divertida, no saben qué hacer: la criticamos o no. Hay que empezar a cambiar los esquemas", afirma el escritor, quien finaliza con una frase para pensar: "los mexicanos somos sobrevivientes y sobrevivimos a través del humor".
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