miércoles, 30 de noviembre de 2011

Guillermo Fadanelli en la FIL

"En el DF uno aprende a ser héroe"

Fadanelli y Wimmer comentan sobre megalópolis en la FIL



Aunque estemos en un rinconcito de la "perla tapatía" las literaturas alemana y mexicana resuelven pasadizos para encontrarse y dialogar. Como una isla erudita que se deslinda de las fanfarrias y el ruido ambiental de la Expo, donde se realizan la mayoría de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el programa académico denominado Miradas recíprocas cuya sede es la Casa Julio Cortázar, de la Universidad de Guadalajara (UdG), fue el punto de encuentro para estas tradiciones literarias, en donde resonó el nombre del DF.


Para hablar de la Ciudad de México, pocos. ¿Quién mejor que un escritor citadino, quizá el más importante de la primera década del siglo XXI, Guillermo Fadanelli? El chilango conversó con los alemanes Stefan Wimmer y Klaus Meyer-Minnemann, el martes en el evento que tuvo por nombre "La Metrópolis Ciudad de México".



"Tanto Stepan como yo, caminábamos en la ciudad de México para destruirnos", dijo el mexicano. "Vamos por caminos diferentes: lo que para él es algo festivo, para mí es algo trágico. En esa ciudad he sido asaltado. Recuerdo una vez en la cual tuve que negociar con los maleantes, y negocié durante dos minutos para que no secuestraran a Yolanda -pareja sentimental de Fadanelli. Luego me arrepentí -dijo entre risas. Pero esos dos minutos son resultado de mi fabulación, de mi conocimiento y de mis relaciones con la ciudad", apuntó el escritor mexicano.


"Por eso, lo que más me gusta de la ciudad de México es haber llegado a odiarla. Es un lugar en el que siempre te encuentras en un campo de batalla, y por eso te obliga a convertirte en una especie de héroe porque aprendes a estar alerta siempre", añadió el autor de la novela Hotel DF.


Por su parte, el escritor alemán Stefan Wimmer, de quien Fadanelli comentó que en sus paseos ya fuera en el DF o en Berlín, en cuanto veía en su rostro esa sonrisa de alemán loco, de inmediato sabía que la noche iba a comenzar, mencionó:


"A mí lo que más me interesa es entretenerme. El DF te da personajes muy interesantes, de la bohemia, del campo intelectual. No tengo aspiraciones más grandotas que eso. Yo obedezco solo a ls leyes de la farsa y hago algo más primitivo. Yo no puedo ionventar anécdotas. Por eso extraigo historias de la vida cotidiana. El 80% de lo que escribo es autobiográfico", comentó el alemán.


La ciudad se te impone


Hotel DF es una novela que nació en Alemania, en concreto durante la estancia de Guillermo Fadanelli en Berlín, donde el mexicano vivió entre 2007 y 2008 ("quizá el mejor año de mi accidentada vida", comentó) luego de recibir una beca por parte de la DAAD (Deutscher Akademischer Austausch Dienst/Servicio Alemán de Intercambio Académico), misma que le ayudó a conseguir su agente literario, el alemán Michael Gaeb. En dicha novela el personaje central tiene un nombre entre mexicano y alemán, Frank Henestrosa, quien, como apunta su autor, es "una persona a quien le cae la ciudad encima".


"Hacer una novela sobre una ciudad como el DF no responde tanto a que la elijamos como tema, sino que una ciudad de esas dimensiones se te impone. Es como una droga dura. Es imposible que un hombre observador no se atraído por ella. Lo grandote del DF implica que va creciendo o expandiéndose hasta el punto en el cual el centro ya es un centro "mítico", pues en la perifieria se ha impuesto otro centro falso, que es una ciudad falsa, como una prótesis, donde están quienes han explotado y sangrado a la ciudad real", opinó.


Ese centro, podemos advertir, es Santa Fé, que se erige como una gran ciudad en la punta de la pirámide imaginaria que observó en su momento Octavio Paz y que ubico en la geografía del Valle de Anáhuac, otrora región sobre la cual en las primeras décadas del siglo XIX Alexander von Humboldt se refiriera como "la región más transparente del aire", frase que 100 años después, a finales de los 50 del siglo XX, el joven Carlos Fuentes utilizaría para titular su novela más importante y la más osada: La región más transparente.


Esta novela se ha considerado como la última gran novela de ambición totalitaria que se ha escrito sobre la ciudad de México, escrita por un mexicano. A propósito de esto Fadanelli llamó la atención: "hoy en día no hay ningún escritor que pueda narrar la ciudad de México. Es un conjunto de escritores quienes pueden acercarse a hacerlo. Solo Carlos Fuentes tuvo la suficiente voluntad, osadía y vanidad para intentarlo", dijo.


"La ciudad no es un objeto real que pueda ser descrito, sino la ciudad es parte de mi enfermedad. Es el lector quien la completa con sus pasos y sus recuerdos", añadió el mexicano.

Finalmente el crítico literario Klaus Meyer-Minnemann, definió y diferenció las obras Hotel DF, de Fadanelli, y Der König von Mexiko (El rey de México), de Wimmer, las cuales se contextualizan en la "ciudad de los palacios":


"Stefan tiene el genio de la lengua alemana que permite inventar muchos giros grotescos y graciosos. Ha logrado captar algo del caos de la Ciudad de México (es un fuego articial y metralla continua). Hotel DF tiene un ritmo narrativo más lento, en cuanto a la lectura uno como lector, paulatinamente, tiene la impresión de ser asaltado por el miedo; hay un sentimiento de desasosiego, el caos que ya nadie puede evitar ni confortar. La de José Agustín es la primera generación que ve al DF como una entidad rara que no se puede definir", puntualizó.

martes, 29 de noviembre de 2011

Alejandro Jodorowsky en la FIL 2011

Confirma Jodorowsky su regreso al cine
Dice que en su último libro dio todo lo que tenía que dar



La presencia de Alejandro Jodorowsky en la FIL de Guadalajara es un remolino de salvación. De pie en el estrado, caminando de un lado a otro como un diletante o como un padre en sala de espera, menciona que su deseo es atender a cada uno de los alrededor de 1,000 "fans" que acudieron el lunes a la presentación de su libro Metagenealogía. Pero el tiempo es reducido. Tiene que terminar. Por eso acelera sus respuestas, que los asistentes no toman como consejos, sino como enseñanzas. Por eso muchos lo tratan como maestro, como sabio, como iluminado.


Al contrario de lo que podría pensarse, con Metagenealogía, el ya no pretende ir más allá. Jodorowsky llegó hasta aquí:


"Con Metagenealogía ya di todo. Ya no puedo dar más. Así que tengo que regresar al arte", mencionó al finalizar la presentación de su libro, y adelantó que planea filmar dos peliculas y tiene el presupuesto para hacerlas: "Voy hacer una pelicula para perder dinero, así las anuncié". Se trata de las películas La danza de la realidad, que será grabada en Chile, en mayo proximo, y Los hijos del del Topo que comenzará a grabar en Septiembre.


Un sabio en escena


Cuando el escritor chileno llegó al escenario de la explanada de la FIL, todos los asistentes se pusieron de pie como si recibieran a un maestro budista, y aplaudieron largamente. La presentación del libro estuvo fue desde el comienzo un itinerario de historias que funcionaban como ejemplos para ilustrar lo que Jodorowsky explicaba, una especie de parábolas ejemplares y algunas poéticas. Con la primera de ellas, el chileno aprovecho para dejar en claro que en su charla no quería decepcionar a nadie y pretendía dar una conferencia no con orgullo, sino con mucha humildad.


Dijo que hace muchos años en la busqueda de sí mismo se sentía como una hormiga con la pata de un gigante sobre su nuca; sabía que en el plano polìtico y social todo se estaba derrumbando y no podía hacer nada para cambiar el mundo, después se dio cuenta que no podía cambiar el mundo pero podía comenzar por cambiarse a sí mismo, "y eso se hace al encontrar tus propios valores y darlos al mundo. Pero para encontrar tus valores es necesario escucharte. La familia, la sociedad y la cultura forman un 'yo', pero tú no eres eso", por eso recomendó abrir la mente y llevarla al silencio, "porque vienes de ti mismo y vas hacia ti mismo", dijo.


"Nuestros ancestros no dan el tesoro (la memoria) pero tambien nos dan una trampa y esa trampa es su pasado. Los antepasados de tu arbol genealogico son las piedras, tú eres el canto de las piedras".


A favor de una re evolución poética


Jodorowsky cree que la humanidad tiene una finalidad en este mundo y que por eso estamos aqui. La finalidad es la perfección de la conciencia. A eso se refiere el titulo de su libro. En este caso, meta no es lo que está más allá, sino, tal cual, la meta, la finalidad de la genealogía, lo que el futuro quiere de ti.

En una charla que se exten´dió algunos minutos más de los estupulados, comentó que empezó a leer el Tarot para interpretar a las personas porque como artista quería desarrollar su intuición, y para escribir este libro tuvo que utilizar mucho esa intuición.


Metagenealogía no es un libro sólo para leer -apuntó-, "es como un libro de cocina, para que lo apliques y te ahorres mucho en terapias" pues en él se pueden encontrar ejercicios que servirán como un "trabajo de toma de conciencia" acerca del pasado familiar con el cual le lector pueda llegar a un nivel de conciencia más elevado.


"La situación mundial necesita un cambio y mientras los productores de conciencia (nosotros) no cambiemos, esto seguirá igual. No creo en las revoluciones políticas. Creo en una re evolución poetica", puntualizó.

¡Viva Aura! ¡Muera Fuentes!

El Aura de Aura en la FIL


Un fantasma recorre Guadalajara. Concretamente: los pasillos de la vigésimo quinta edición de la Feria Internacional del Libro de esta ciudad. Es el aura de Aura, una novela resonante en esta hora aciaga de nuestro país, hora que marca muertos a contra reloj. El fantasma lo vimos pasar en el lobby del Hotel Hilton mientras entrevistamos a Santiago Roncagliolo y Francisco Haghenbeck, dos escritores de la misma generación a quienes les dio por explorar, de formas totalmente diferentes, el relato fantástico en sus últimas obras.


Haghenbeck pertenece a esa parcela de escritores que no termina por ser del todo aceptada y, más bien, es denostada y tomada muy poco en serio por la intelligentsia realmente cultural del momento. La más reciente novela de Bef (gran amigo de Haghenbeck), Hielo negro no la han bajado de un experimento fallido -si bien recibió este año el Premio de novela Mondadori- pero nadie se ha atrevido a criticarla por escrito y con fundamentos porque también en eso nos rayamos: pocos críticos leen las obras que comentan. No es un hecho comprobable. Aquí me recargo hacia el lado de la intuición. Ahora bien, Haghenbeck, que padece este desdén aunque llegara a negarlo, por eso comenta:


"Se han olvidado que grandes escritores -Edgar Allan Poe, el primero- han entrado en ese mundo del terror. Aunque reconozco que la mejor historia mexicana de fantasmas es Aura, de Carlos Fuentes, que la esconden como literatura mayúscula", opina el mexicano para quien Ojos de lagarto, de Bernardo Fernández y Balas de plata, de Élmer Mendoza son las más grandes novelas mexicanas de los últimos años.


Unos minutos después nos cambiámos de mesa, a donde desayunaba el escritor peruano Santiago Roncagliolo, que es un poco tímido y simpático en las fiestas (eso lo comprobamos el día de ayer por la noche en la fiesta de los periodista porque ya se le veía un tanto pispireto por efecto del tequila, o del vodka o del whisky) y que como rasgo físico podemos mencionar que es guapo y que esas canas que ya anuncia su cabello parece que le vienen bien como a los actores de la tele que cuando se vuelven hombres maduros tanto le encantan a las señoras, el síndrome Juan Ferrara. Las canitas de Ronca nos comprueban que el tiempo pasa y que ningún escritor puede eternizarse siendo joven. No hay Peter Pan en esta Fantasía literaria. Acá nunca jamás serán tan célebres como los rockstars (que si tienen la fortuna de morir a los 27 años pueden convertirse en mitos. En el futbol la cosa es peor porque ), y esa incapacidad, supongo, ha de ser la que los hace crear eventos y festivales y ferias y cocteles para codearse con la socialitté erudité. Es una cosa enfermiza que se tragó a Fuentes y al mismísimo Gabo. No nos olvidemos de nuestro apóstol Volpi, de radiante y lumínica chabeta: ¡cuánto tiempo pasará lustrando su cabecita! Probablemente considere a tal ejercicio uno de índole mental.


Bueno, Roncagiolo es más escueto que nuestros giros. Roncagiolo probablemente pensó que nos hacía un favor y por eso su tono fue un tanto hastasumadre y ahí fue que le preguntamos sobre la fama. El nos dijo que no era gran cosa y que ¡claro que siendo más joven la había deseado! Hoy ya se ve más viejo, lo cual significa: más cansado y desencantado. Y eso es bueno. Pero bueno, a lo que nos truje: hablábamos del aura de Aura y es que Santiago, en su más reciente novela, Tan cerca de la vida, construye un relato de amor y ciencia ficción narrado en segunda persona. He aquí la estela aúrica de la obra de fantasmas:


"Este estilo es una cosa que me robé de Carlos Fuentes: en Aura está todo hecho en segunda persona y eso es muy inquietante. Siempre te mantienes haciendo preguntas", comenta el peruano.


El verdadero fantasma: la literatura


A juicio personal no concuerdo con Haghenbeck. Prefiero a Juan Rulfo con Pedro Páramo o con relatos tan potentes y tan manoseados como "¡Diles que no me maten!" Aura y Pedro Páramo son dos novelas de fantasmas. La primera escrita por Carlos Fuentes y la segunda por Juan Rulfo. Y los fantasmas hoy son los que nos persiguen hasta Guadalajara. Hoy, en México, donde ningún rincón se salva del fuego. Aquí los libros andan con vida propia pero su espíritu es la literatura y este es el que nunca muere. Los libros sí. La belleza de la FIL está en ese espíritu literario que aquí no se resguarda, no teme; al contrario, emerge con imágenes y metáforas que, a su vez, forman anécdotas e historias, espíritu que recorre Guadalajara como si tuviera cuerpo y fuera de aquí para allá vivito y coleando. Entonces el aura, ordenados con Walter Benjamin, está en el arte, en la literatura y en las ideas: es la expresión siempre inabarcable de una lejanía. Es un eco y un espejismo. Una la huella de un paso jamás dado.


Quienes si andan por los pasillos, en los salones, en el lobby del Hotel Hilton (epicentro social de la Feria), son los autores, quienes, aparentemente vivos, caminan y hacen lo que se supone debe hacer un escritor: dar entrevistas, acudir a los festejos, ser polites con los otros autores aunque la presencia de algunos les reviente el hígado, conocer agentes, emborracharse, hacerle sencillita la vida a los lectores: darles las pistas para que puedan descifrar sus libros y ya no necesiten tener la osadía de abrirlos para descubrir en las páguinas sus secretos, sino que baste la firma y ubicarlo en su lugar en un librero siempre limpiectio y reluciente; más las estrategias básicas de supervivencia en el mundillo literario: vapulear al enemigo / ufanar al amigo.


No obstante, insisito, la literatura aunque realmente muy pocos lo saben, es lo verdaderamente importante aquí y lo que nunca va a morir, pues mientras exista un libro (en el formato que se antoje), la posibilidad de que surga la literatura permanecerá... sí, invisible, fantasmal y evasiva... sí, también como un lujo... sí, cara... como lo es sobrevivir. Pero si algo le podemos aprender a los muertos es a no cejar en su necesidad de espantarnos, de removernos, de mostrarnos lo obsceno (lo que está fuera de foco, fuera de escena) y lo oscuro. ¡Viva Aura! ¡Muera Fuentes! Así o más claro.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Da inicio la FIL con "pesos pesados"

Fernando Vallejo y James Ellroy, dos maneras de envejecer escribiendo



Seis años es la diferencia entre la edad de uno y otro. Ambos son capaces de producir el mismo escándalo, el rumor en público y el gozo en el oído de quien atiende la palabra literaria. Fernando Vallejo (Medellin, 1942) y James Ellroy (Los Ángeles, 1948), dos de los escritores más importantes y representativos de sus respectivas lenguas -español e inglés-, fiuoern dos de las cartas más atractivas este sábado, en el inicio de la 25 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Temprano, en la inauguación del evento, Fernando Vallejo fue galardonado con el Premio FIL Lenguas Romances y, por la tarde, James Ellroy presentó su más reciente novela A la caza de la mujer (Mondadori, 2011).


Los dos escritores tiene personalidades extraordinarias. Su presencia pesa, se siente en el aire como si este fuera agua dentro de un estanque que ellos desordan con su presencia. Su presencia abre entonces un dilema: ellos o el aire. No pueden convivir ambas materias en el mismo espacio. Por eso mismo a ellos tampoco se los puede ver juntos ni separados por unos cuantos metros de distancia.


Vallejo es el escritor "mexicano" nacido en Colombia que entiende como pocos la hora violenta (el diría la condición) por la que atraviesa nuestro país, gran escritor periferico, agudo y pertinaz critico del establishment. Ellroy es el escritor occidental ultraderechista más indecente. Pocos desearían compartir la mesa con cualquiera de los dos. Todos cuidarían sus palabras porque frente a ellos, más que ante cualquier juzgado, todo lo que se diga puede ser utilizado en contra. No obstante, Ellroy es un poco más simpático e irónico. Parece un orgulloso inglés pero con la sangre osada de los chicanos.


Pocos escritores del mainstream son capaes de hablar de un modo tan desinteresado como ellos. En camio, a la mayoría, les interesa conservar la pequeña parcela que han conquistado al entrar a la tierra de los publicantes (los escritores que tienen libros publicados), no hacerse de enemigos, ser políticamente correctos, ufanar a los amigos y destrozar a los rivales.


Algunas beldades (verdades) de Fernando Vallejo: "Si me hubiera educado en la escuela del PRI ya sería millonario". "¡Cómo hicimos sufrir a mi mamá. Bien merecido se lo tenía: quién la mandó a tener tantos hijos!" "El PRI, semillero de todos los narcos en México". "Nunca hemos tenido civilización, sólo barbarie". "Con 7,000 millones de personas en el mundo, vamos directito al desastre. Estamos al borde del precipicio y nos vamos a ir por él". "Calderón es un hombre indigno, no tiene el dereho de decidir sobre el destino de millones de personas". "Lo inmoral de esta sociedad son tanto el Islam como la Iglesia católica. Que no me vengan con el cuento de la civilización cristiana". "A todos ustedes la Iglesia les puso una venda en los ojos que los ciega".


Pos su parte, las que siguen son algunas de las "maravillas" de James Ellroy. La primera de ellas, el título que dijo debía haber llevado en español la novela A la caza de la mujer, cuyo título en inglés The Hilliker Curse significa "la maldición Hilliker": "Le hubiera puesto -dijo en español-: Yo soy el perro malo, feo... y grande". Acto seguido, acotó con sus antebrazos extendidos haia el frente a la altura de los codos y con sus dos dedos índices extendidos, la longitud de un objeto imaginario, que enfatizó con dichos dedos como si tamborileara en el aire un par de veces. Su gesto era una clara alusión a un pene. En el acto, leyó las primeras páginas de su novela y lo hizo como un apóstol de la concupiscencia, de foma performática, con un ritmo que oscilaba entre gritos famélicos, largas risotadas y la más perfeta dicción.


Dos escritores muy distintos que pesan por su personalidad y, sobre todo, por sus libros, por su literatura que es grande y no les cuelga como lo que tienen en medio el cuerpo. Dos escritores viriles, aunque a uno le guste (ya sabemos a quien) "meterse cosas interesantes por el culo". La literatura en la FIL retumbó desde su primer dia. Veamos qué sorpresas nos depara.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Recibe Vallejo Premio FIL Lenguas Romances

Donará su premio a dos asociaciones protectoras de animales



Revisitando el pasado (desde la infancia hasta los años de su educación musical con las canciones tradicionales de Colombia y México) y persistiendo en la crítica incisiva a todo aquello que considera como lo verdaderamente podrido en nuestro mundo (partidos políticos como el PRI o sistemas ideológicos como la Iglesia católica), el escritor colombiano Fernando Vallejo recibió este sábado el Premio FIL Lenguas Romances, uno de los reconocimientos más importantes que cada año entrega esta celebración del libro.


El escritor mencionó que los 150,000 dólares en que consiste el Premio los donará a partes iguales, a dos asociaciones caritativas de México: los "Amigos de los Animales", de la señora Martha Alarcón de la ciudad de Jalapa, y los "Animales Desamparados", de la señora Patricia Rico de la ciudad de México.


"Cuando tomo dinero tengo que larme las manos. Eso de la lavada de las manos es una manía que me viene de la infancia, de la educación familiar. Cada que cogíamos una moneda, mi mamá nos decía: "Vaya lávese las manos m'hijo, que tocó plata". (Allá a los niños les hablan de "usted".) De unos niños educados así, ¿qué se podía esperar? Puros pobres. Me hubieran educado en la escuela del PRI, y hoy estaría millonario. ¡Pero qué iba a haber allá PRI!", dijo el escritor.


Vallejo terminó agradeciendo a los panelistas, y dijo estar muy contento de volver, una vez más, a Jalisco, "la tierra de (Juan) Rulfo, donde los muertos hablan".


"Una gran hazaña cultural": Sáizar


En la mesa inaugural de la FIL participaron Jorge Volpi, el periodista Juan Cruz, Consuelo Sáizar, presidenta de Conaculta, José Narro Robles, rector de la UNAM, Raúl Padilla, Presidente de la FIL, entre otros, quienes valoraron tanto la obra de Vallejo como los 25 años de esta Feria.


Después de que Fernando Vallejo recibiera de manos de Consuelo Sáizar el Premio FIL Lenguas Romances, la presidenta de Conaculta, inauguró formalmente la FIL, mencionando que ésta es "una de las hazañas culturales más relevantes de nuestro idioma".


Discurso de Fernando Vallejo en la FIL

El escritor recibió el Premio FIL Lenguas Romances


Como este acto se encamina a su final y ya queda poco tiempo, les diré brevemente que me siento muy honrado por el premio que me dan; que no pienso que lo merezca; que este diploma lo guardaré en mi casa con orgullo; y que los ciento cincuenta mil dólares que lo acompañan se los doy, por partes iguales, a dos asociaciones caritativas de México: los "Amigos de los Animales", de la señora Martha Alarcón de la ciudad de Jalapa; y los "Animales Desamparados", de la señora Patricia Rico de la ciudad de México.


En mi encuentro del lunes con los jóvenes universitarios que tendrá lugar en esta misma sala, se los entregaré a las señoras.Habría preferido que esos dólares se los hubiera dado la FIL directamente a ellas sin pasar por mí, porque cuando tomo dinero me tengo que lavar las manos, pero no pudo ser por razones burocráticas. Eso de la lavada de las manos es una manía que me viene de la infancia, de la educación familiar. Cada que cogíamos una moneda, mi mamá nos decía: "Vaya lávese las manos m'hijo, que tocó plata". (Allá a los niños les hablan de "usted".)


De unos niños educados así, ¿qué se podía esperar? Puros pobres. Me hubieran educado en la escuela del PRI, y hoy estaría millonario. ¡Pero qué iba a haber allá PRI! Medellín era una ciudad encerrada entre montañas, lejos del mundo y sus adelantos. Y mi mamá viendo microbios por todas partes como si fuera bacterióloga. No. Era una señora de su casa entregada a la reproducción como quiere el papa, una santa. ¡Cómo la hicimos sufrir! Muy merecido. ¡Quién la mandó a tener hijos!


De México supe por primera vez de niño, una noche de diciembre próxima a la navidad, lo recuerdo muy bien. Estábamos en el corredor delantero de Santa Anita, la finca de mis abuelos, con mis abuelos, rezando la novena del Niño Dios. Entonces éramos pocos, cinco o seis, aunque después fuimos muchos. Mis papás tenían instalada en Medellín una fábrica de niños: niños carnívoros que alimentaban con costales de salchichas, unos demonios, unas fieras, todos contra todos, mi casa era un manicomio, el pandemónium. El papa, Pío Doce, les mandó de Roma un diploma que un vecino nos compró en la Via della Conciliazione con indulgencia plenaria (que costaban más), para que se fueran los dos derechito al cielo sin pasar por el purgatorio por haber fabricado tanto niño que se les habrían de reunir todos allá a medida que el Señor los fuera llamando. ¡Qué nos iba a llamar! Nos hemos ido yendo de uno en uno a los infiernos y el que nos llamó fue Satanás.


Santa Anita estaba entre los pueblos de Envigado y Sabaneta, en la mitad de la carretera que los une, a ocho kilómetros de Medellín, lejísimos. Hagan de cuenta saliendo de la Ciudad de México camino de Tlanepantla. Teníamos que ir en carro, en el Ford de mi papá. Si no, habríamos podido ir en burro: en la burrita de la canción de Ventura Romero: "Arre que llegando al caminito, achimichú, achimichú. Arre que llegando al caminito, achimichú, achimichú". Tarata tata tara tara tata tata tara tara tata tata tara tata tá. "¡Burra! ¡Burra! Ya vamos llegando a la Mesa de Cacaxtla. ¡Burra! Arre que llegando al caminito, achimichú, achimichú a mi burrita y aunque vaya enojadita porque no le di su alfalfa porque no le di su máiz". ¡Qué raro! También en Antioquia decíamos "máiz"! Antioquia es hagan de cuenta Jalisco. El disco de la burrita lo trajeron mis papás de México esa noche. En setenta y ocho revoluciones que era los que había entonces. Una aguja gruesa iba de surco en surco tocándolos (los surcos que abrían en la tierra las yuntas de bueyes roturando los campos de Sayula hace cien años, cuando pasó por aquí mi paisano el poeta Porfirio Barba Jacob), y de tanto tocarlos uno los discos se rayaban y la aguja se atascaba en el rayón, y seguía tocando lo mismo, lo mismo, lo mismo. "Pobrecita mi burrita ya no quiere caminar, da unos pasos p'adelante, otros pasos para atrás..." El disco me sigue resonando desde entonces, atascado, en mi corazón rayado.Venían de México por el camino de entrada de Santa Anita en dos carros, con los faros rompiendo la oscuridad. Pero en el corredor nosotros no estábamos a oscuras, no: iluminados. ¡Cómo íbamos a rezar a oscuras la novena del Niño Dios! Además en Medellín ya había luz eléctrica. Yo seré viejo pero no tanto. Yo soy posterior al radio y al avión. El que sí me tocó ver llegar fue el televisor, la caja estúpida. Estaban también encendidas esa noche las luces del pesebre, el nacimiento, donde nacía en lo alto de una montaña el Niño Dios. Lucecitas verdes, rojas, azules, amarillas, de todos los colores. Nos íbamos ya a dormir cuando llegaron. Venían cargados de juguetes. Maromeros de cuerda que daban volteretas en el aire... Jeeps con llantas de caucho, o sea de hule... Sombreros de charro para niños y para viejos... Una foto de mis papás en La Villa manejando avión. Las trescientas sesenta y cinco iglesias de Cholula. Un tren eléctrico. La Virgen de Guadalupe. Pocas veces he visto brillar tan fuerte, enceguecedora, la felicidad. Y con el disco de Ventura Romero de la burrita traían, en el álbum de las maravillas, a José Alfredo Jiménez y a Rubén Méndez: "Ella", "Pénjamo", y ese "Senderito" que me rompe el alma cantado por Alfredo Pineda, que fue el que amó Medellín. Y al más grande de todos, Fernando Rosas, de Jerónimo de Juárez, Estado de Guerrero, el de la "Carta a Eufemia": "Cuando recibas esta carta sin razón, Ufemia, ya sabrás que entre nosotros todo terminó, y no la des en recibida por traición, Ufemia, te devuelvo tu palabra, te la vuelvo sin usarla, y que conste en esta carta que acabamos de un jalón". ¡Muy bien dicho, tocayo, a la China con la méndiga! El fraseo perfecto, la dicción perfecta, y eso que mi tocayo era de Guerrero y cuando hablaba no podía pronunciar las eses. Y las trompetas burlonas detrás de él haciendo jua, jua, jua, en el registro bajo, riéndose de mí y del mundo, y detrás de ellas punteando, siguiéndolas como unos gordos cojos, los guitarrones: do, sol; do, sol; do, sol. Tónica, dominante; tónica, dominante; tónica, dominante. Sólo eso van diciendo, pero sin ellos no hay mariachi, como sin muerto no hubo fiesta.¡Ah se me olvidaba Chava Flórez, el compositor, el genio de los genios, amigo de mi tocayo Fernando Rosas! Juntos echaron a rodar por el mundo "Peso sobre peso", la canción más burlona: "Mira, Bartola, ái te dejo estos dos pesos. Pagas la renta, el teléfono y la luz. De lo que sobre, coges d'iái para tu gasto. Guárdame el resto pa comprarme mi alipús". Ta ra ta ta ta tán. Ésa era la que le cantaba todavía a México el PRI cuando llegué de Nueva York hace cuarenta años. Y se la siguió cantando otros treinta, hasta ajustar setenta, cuando los tumbó mi gallo. ¡Qué noche tan inolvidable aquella cuando lo dijeron por televisión! Tan esplendorosa, o casi, como la de la finca Santa Anita de que les he hablado. Fernando Rosas murió joven, una noche, allá por 1960, en Acapulco. Lo mataron por defender a un borracho al que estaba apaleando la policía. Fernando Rosas, tocayo, paisano, te mató la policía de Acapulco, los esbirros del presidente municipal. La siniestra policía del PRI, semillero de todos los cárteles de México.


Mi gallo era un gallo con botas. No bien subió al poder y se instaló en los Pinos, se infló de vanidad y se transformó en un pavorreal, y el pavorreal en un burro, y la quimera de gallo, pavorreal y burro empezó a rebuznar, a rebuznar, a rebuznar, día y noche sin parar, hasta que ajustó seis años, cuando se le ocurrió, como a Perón con Evita o con Isabelita, que podía seguir rebuznando otros seis a través de su mujer. No se le hizo, no pudo ser. Hoy de vez en cuando rebuzna, pero poco, y lo critican. ¡Por qué! Déjenlo que rebuzne, que se exprese, que él también tiene derecho. Yo soy defensor de los animales. Yo quiero a los burros, a los pavorreales, a los perros, a los gallos. Cuando estoy cerca de ellos se me calma unos instantes el caos de adentro y creo sentir lo que llaman la paz del alma.


Yo venía pues de Nueva York, una ciudad de nadie, un hormiguero promiscuo que nunca quise, y de un país que tampoco, plano, soso, lleno de gringos ventajosos y sin música. Los anglosajones no nacieron para la música: se enmarihuanan y con una guitarra eléctrica y un bombo hacen ruido. Mi primera noche en México, en la plaza Garibaldi, ¡cómo la voy a olvidar! Cien mariachis tocando cada cual por su lado en un caos hermoso. Todo lo que tocaban me lo sabía. Y más. Yo sabía de boleros y rancheras lo que nadie. Entré al Tenampa. ¿La hora? Diez de la noche. Me sentía como un curita de pueblo tercermundista entrando al Vaticano por primera vez, y que se arrodilla para comulgar. Yo también comulgué, pero con tequila. Desde un mural de una pared enmarcado por unos tubos fluorescentes de colores me miraba José Alfredo, y en la noche del Tenampa brillaba el sol de México. "¿Qué más va a tomar, joven?", me preguntó el mesero. "Otro". Entonces sí estaba joven, pero hoy me siguen preguntando igual: "¿Qué va a tomar joven?" ¡Cómo no va a ser maravilloso un país donde la gente ve tan bien!Y el amanecer, mi primer amanecer, ¡qué amanecer! Había llegado a un hotelito viejo, pobre, del centro, de altos techos, fresco, de otros tiempos, el más hermoso en que haya estado. Me despertaron las campanas y los gallos. ¿Tañido de campanas? ¿Canto de gallos? ¡Claro, los gallos de las azoteas y las campanas de las iglesias, y el sol entrando por mi ventana! ¡Y yo que venía del invierno de Nueva York donde amanecía a las diez y oscurecía a las cuatro y se me achicaba el alma! Salí a la calle, al rumor envolvente de la calle. México vivo, el del pasado más profundo, el eterno, el mío, el que se ha detenido en mi recuerdo, el de siempre, el que no cambia, el que no pasa, el de ayer. "¿En qué estás pensando, México? ¿A quién quieres para quererlo? ¿A quién odias para odiarlo?" Inescrutable. Ni una palabra. Jamás me contestó. Entonces aprendí a callar. Y han pasado cuarenta años desde esa noche en el Tenampa y ese amanecer en ese hotelito de la calle de Isabel la Católica y esa mañana soleada, y me fui quedando, quedando, quedando, y aquí he escrito todos mis libros y hoy me piden que hable, pero como México calla, yo tampoco pienso hablar. Sólo para decirles que me siguen resonando en el alma unas canciones. Yo digo que la muerte no es tan terrible como se cree. Ha de ser como un sueño sin sueños, del cual simplemente no despertamos. Yo no la pienso llamar. Pero cuando llegue y llame a mi puerta, con gusto le abro.Nadie tiene la obligación de hacer el bien, todos tenemos la obligación de no hacer el mal. Y diez mandamientos son muchos, con tres basta: Uno, no te reproduzcas que no tienes derecho, nadie te lo dio; no le hagas a otro el mal que te hicieron a ti sacándote de la paz de la nada, a la que tarde que temprano tendrás que volver, comido por los gusanos o las llamas. Dos, respeta a los animales que tengan un sistema nervioso complejo, como las vacas y los cerdos, por el cual sienten el hambre, el dolor, la sed, el miedo, el terror cuando los acuchillan en los mataderos, como lo sentirías tú, y que por lo tanto son tu prójimo. Quítate la venda moral que te pusieron en los ojos desde niño y que hoy te impide percibir su tragedia y su dolor. Si Cristo no los vio, si no tuvo ni una palabra de amor por ellos, ni una sola (y búscala en los evangelios a ver si está), despreocúpate de Cristo, que ni siquiera existió. Es un burdo mito. Nadie puede probar su existencia histórica, real. Tal vez aquí el cardenal Sandoval Íñiguez...Y tres, no votes. No te dejes engañar por los bribones de la democracia, y recuerda siempre que: que no hay servidores públicos sino aprovechadores públicos. Escoger al malo para evitar al peor es inmoral. No alcahuetees a ninguno de estos sinvergüenzas con tu voto. Que el que llegue llegue respaldado por el viento y por el voto de su madre. Y si por la falta de tu voto, porque el día de las elecciones no saliste a votar un tirano se apodera de tu país, ¡mátalo!


A Jorge Volpi le agradezco el dictamen tan generoso que ha leído, y a Juan Cruz sus adjetivos. Querido Juan: ya sé que si hubieras tenido más tiempo me habrías puesto más, siquiera unos quinientos. No importa. Con los que me alcanzaste a dar me conformo.


Algunos amigos vinieron desde muy lejos a Guadalajara a acompañarme. Me siento muy contento de estar hoy con ustedes en esta Feria tan hermosa, que pronto se llenará de niños y de jóvenes, y de haber vuelto a Jalisco, la tierra de Rulfo, donde los muertos hablan.


¡No me vengan con el cuento de que ha habido civilización!: Fernando Vallejo

"La verdadera inmoralidad es la Iglesia católica"

Anuncia que El desastre será su último libro


Fernando Vallejo llega a la sala de prensa y entre los asistentes se hace el silencio, su presencia impone, su cara tan seria como siempre, una cara que refleja la visión muy clara del mundo y del ser humano que tiene; él está desencatado del rumbo que lleva la humanidad como un ser social dentro del mundo en que vive y, sobre todo, de su actitud frente a los animales.

El planeta ya no aguanta más. Ya van 7,000 millones de personas en el mundo y esa cifra es insostenible, y ¡cómo no va estar así si estamos en una inmoralidad de la sociedad, inmoralidad del Estado y del cristianismo!, dijo el esritor que más temprano había recibido el Premio FIL Lenguas Romances.


La visión de Vallejo es que vivimos en una mentira: "Nunca hemos tenido civilización, siempre ha habido barbarie". Cómo no va haber barbarie si asesinamos vacas y cerdos, podeos entender de las críticas lanzadas por el autor de La virgen de los sicarios quien confesó que le ha costado mucho quitarse la venda de los ojos para ver lo que hacemos con los animales, venda impuesta, también, por la religión. Dijo, por ejemplo, que los musulmanes no comen cerdo, los cristianos sí.


"El cristianismo se dice estar defendiendo la vida (y por eso la prohibición de métodos anticonceptivos) pero en realidad está defendiendo un ovulo fecundado por un espermatozoide; no están defendiendo la vida porque si defendiera la vida estarían en contra de la masacre animal, no habría mataderos o perros en la calle. La religión es una empresa criminal, igual el cristianismo que el Islam, nos han puesto esa venda y no todos estás dispuestos a quitarsela.

A pesar de esto, su apuesta es hacia la juventud: "Los jóvenes son los que tienen el alma abierta, ya se les dañará y serán viejos. Los jóvenes se están volviendo vegetarianos y están defendiendo causas que antes eran impensables. Yo no tengo problemas con ellos, tengo problemas con los grandes, estoy muy entusiasmado con ellos", opinó el colombiano quien este lunes sostendrá una plática con jóvenes en el marco de la FIL.

A allejo se le pidió que ahondará sobre la "caja idiota"(la televisión) y las “nuevas” tecnologías. Dijo: "la caja idiota es una expresión que no hay que tomar tan enserio pues es una forma de designarla", lo hizo con un tono de burla pues hay cosas buenas aunque de un programa bueno que pasan, todo lo demás está lleno de basura. En cuanto a las nuevas tecnologías dice: la Wikipedia es una maravilla, desplazó a La Enciclopedia británica, que era la más importante, “yo aún no entiendo cómo se hace. Es algo asombroso”.

Vallejo es muy conciente de la situación en que se encuentra el español, menciona que los conductores de noticieros (en el caso de México y exceptuando a López Doriga) y los políticos hacen cosas desastrozas con la lengua, ponen acentos donde no van para enfatizar alguno, "el español perdió toda su gracia".


Adelantó que, ante su preocupación por el idioma, escribe un libro sobre uno de los filologos más importantes de la lengua española, el colombiano Rufino José Cuervo, éste será su proximo libro y no quiso revelar el titulo. Pero sí mencionó que El desastre será su proximo y último libro, "ahora sí lo voy a cumplir, será el último".